sábado, 29 de mayo de 2010

"El Público" de Federico García Lorca


[La misma decoración que en el cuadro primero. A la izquierda, una gran cabeza de caballo colocada en el suelo. A la derecha, un ojo enorme y un grupo de árboles con nubes apoyadas en la parde. Entra el Director de escena con el Prestidigitador. El Prestidigitador viste de frac, capa blanca de raso que le llega a los pies y lleva sombrero de copa. El Director de escena tiene el traje del cuadro primero]

Director: Un prestidigitador no puede resolver este asunto, ni un médico, ni un astrónomo, ni nadie. Es muy sencillo soltar a los leones y luego llover azufre sobre ellos. No siga usted hablando.

Prestidigitador: Me parece que usted, hombre de máscara, no recuerda que nosotros usamos la cortina oscura.

Director: Cuando las gentes están en el cielo; pero dígame, ¿qué cortina se puede usar en un sitio donde el aire es tan violento que desnuda a las gentes y hasta los niños llevan navajitas para rasgar los telones?

Prestidigitador: Naturalmente, la cortina del prestidigitador presupone un orden en la oscuridad del truco, pero por eso, ¿por qué eligieron ustedes una tragedia manida y no hicieron un drama original?

Director: Para expresar lo que pasa todos los días en todas las grandes ciudades y en los campos por medio de un ejemplo que, admitido por todos a pesar de su originalidad, ocurrió sólo una vez. Pude haber elegido el Edipo o el Otelo. En cambio, si hubiera levantado el telón con la verdad original, se habrían manchado de sangre las butacas desde las primeras escenas.
Prestidigitador: Si hubieran empleado "La flor de Diana", que la angustia de Shakespeare utilizó de manera irónica en El sueño de una noche de verano, es probable que la representación habría terminado con éxito. Si el amor es pura casualidad y Titania, reina de los Silfos, se enamora de un asno, nada de particular tendría que, por el mismo procedimiento, Gonzalo bebiera en el "music hall" con un muchacho vestido de blanco sentado en las rodillas.

Director: Le suplico, no siga hablando.

Prestidigitador: Construyan ustedes un arco de alambre, una cortina, y un árbol de frescas hojas, corran y descorran la cortina a tiempo y nadie se estrañará de que el árbol se convierta en un huevo de serpiente. Pero ustedes lo que querñian era asesinar a la paloma y dejar en lugar suyo un pedazo de mármol lleno de pequeñas salivas habladoras.

Director: Era imposible hacer otra cosa. Mis amigos y yo abrimos el túnel bajo la arena sin que lo notara la gente de la ciudad. Nos ayudaron muchos obreros y estudiantes que ahora niegan haber trabajado a pesar de tener las manos llenas de heridas. Cuando llegamos al sepulcro levantamos el telón.
Prestidigitador: ¿Y quñe teatro puede salir de un sepulcro?

Director: Todo teatro sale de las humedades confinadas. Todo teatro verdadero tiene un profundo hedor de luna pasada. Cuando los trajes hablan, las personas vivas son ya botones de hueso en las paredes del calvario. Yo hice el túnel para apoderarme de los trajes y, a través de ellos, enseñar el perfil de una fuerza oculta cuando ya el público no tuviera más remedio que atender lleno de espíritu y subyugado por la acción.
Prestidigitador: Yo convierto sin ningún esfuerzo un frasco de tinta en una mano cortada llena de anillos antiguos.

Director: [Irritado] ¡Pero eso es mentira! ¡Eso es teatro! Si yo pasé tres días luchando con las raíces y los golpes de agua fue para destruir el teatro.

Prestidigitador: Lo sabía.

Director: Y demostrar que si Romeo y Julieta agonizan y mueren para despertar sonriendo cuando cae el telón, mis personajes, en cambio, queman la cortina y mueren de verdad en presencia de los espectadores. Los caballos, el mar, el ejército de las hierbas lo han impedido. Pero algún día, cuando se quemen todos los teatros, se encontrarán en los sofás, detrás de los espejos y dentro de las copas de cartón dorado, la reunión de nuestros muertos encerrados allí por el público. ¡Hay que destruir el teatro o vivir en el teatro! ¡No vale silbar desde las ventanas! Y si los perros gimen de modo tierno hay que levantar la cortina sin prevenciones. Yo conocí un hombre que barría su tejado y limpiaba claraboyas y barandas solamente por galantería al cielo.
Prestidigitador: Si avanzas un escalón más, el hombre te parecerá una brizna de hierba.
Director: No una brizna de hierba pero sí un navegante.

Prestidigitador: Yo puedo convertir un navegante en una aguja de coser.
Director: Eso es precisamente lo que se hace en el teatro. Por eso yo me atreví a realizar un dificilicimo juego poético en espera de que el amor rompiera con ímpetu y diera nueva forma a los trajes.

Prestidigitador: Cuando dice usted amor yo me asombro.

Director: Se asombra, ¿de qué?

Prestidigitador: Veo un paisaje de arena reflejado en un espejo turbio.

Director: ¿Y qué más?

Prestidigitador: Que no acaba nunca de amanecer.

Director: Es posible.

Prestidigitador: [Displicente y golpeando la cabeza de caballo con las yemas de los dedos] Amor.

Director: [Sentándose en la mesa] Cuando dice usted amor yo me asombro.

Prestidigitador: Se asmobra, ¿de qué?

Director: Veo que cada grano de arena se convierte en una hormiga vivísima.

Prestidigitador: ¿Y qué más?

Director: Que anochece cada cinco minutos.

Prestidigitador: [Mirándolo fijamente] Es posible. [Pausa] Pero, ¿qué se puede esperar de una gente que inaugura el teatro bajo la arena? Si abrera usted esa puerta se llenaría esto de mastines, de locos, de lluvias, de hojas monstruosas, de ratas de alcantarilla. ¿quién pensó nunca que se pueden romper todas las puertas de un drama?

Director: Es rompiendo todas las puertas el único modo que tiene el drama de justificarse, viendo,por sus propios ojos, que la ley es un muro que se disuelve en la más pequeña gota de sangre. Me repugna el moribundo que dibuja con el dedo una puerta sobre la pared y se duerme tranquilo. El verdader drama es un circo de arcos donde el aire y la luna y las criaturas entran y salen sin tener un sitio donde descansar. Aquí está usted pisando un teatro donde se han dado dramas auténticos y donde se ha sostenido un verdareo combate que ha costado la vida a todos los intérpretes. [Llora]

(...)

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